Por la carretera de Mopti, la que pasa por Segou (seguro que la conocéis), recorremos fácilmente 500 km hasta que se nos hace de noche y miles de insectos se estrellan en nuestras caras, así que nos detenemos en Sofara para pasar la noche.
En el albergue del pueblo nos ofrecen dormir en una diminuta y agobiante habitación, compartiéndola con otros ocupantes. Nos vamos; preferimos dormir en el campo.
Como último recurso, preguntamos a los ancianos que descansan sentados a la puerta de una tiendita. Uno de ellos nos lleva ante el alcalde, que en una vieja Mobilette nos guía por todo el pueblo hasta unos terrenos de su propiedad. Y de nuevo la hospitalidad del continente, nos ofrece dos camas con mosquitera en un cobertizo.
Al despertar, le pagamos por el alojamiento en señal de agradecimiento, aunque en ningún momento nos lo ha pedido, y volvemos a la carretera.
Pasamos por Mopti, ciudad que el francés propietario del campamento de Bamako nos ha recomendado por su ambiente.
- Mopti! Fiesta!!
Y llegamos a Bandiagara, capital de la región. Allí, una pista de tierra dura nos lleva hasta Sangha, otro típico poblado dogón. En Sangha seguimos la pista que nos llevará a la parte inferior de la Falla de Bandiagara.
Una pista donde la dificultad del terreno, el calor y la falta de agua, me pondrán al límite de mis posibilidades.
Bajando de la falla por una empinada y sinuosa cuesta, me empiezo a sentir mal. Si paro la moto, el calor me provoca mareos y me nubla la vista; si conduzco, no puedo mantener la atención que el camino requiere.
Conduzco por la empinada cuesta y no las tengo todas conmigo. Me siento fatal y ante nosotros se despliega una inmensa llanura de arena y bosque bajo. La pista es bastante difícil y yo me las veo negras para dominar la moto, con el mareo que llevo.
Alberto va todo lo entero que se puede ir a más de 40º, e incluso se permite parar a hacer fotos del paisaje. Yo no me puedo permitir ese lujo; si paro, me aumentan los mareos y el corazón se me pone a 1000.
Una pista que nos ha recomendado el francés de Bamako, y que ni siquiera sale en nuestros mapas.
- Mopti! Fiesta!!
¿Fiesta, cabrón? En menudo marrón nos has metido!!
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